El último viaje de Santa Teresa

“Si se hubiera de explicar aquí los trabajos y denuestos que padeció y con la paciencia que lo llevaba y principalmente en este camino postrero de Burgos, desde que salió de aquí de Ávila hasta que volvió a Alba donde Dios la llevó, porque fue todo un prolijo martirio…

Diré una palabra que la oí, que para su gran ánimo y espíritu fue mucho decirla: Que por muchos trabajos que había pasado en todo el discurso de su vida, dijo que nunca se había visto tan apretada y afligida como en este tiempo. […]

Y así se vino luego para Palencia, y desde allí a Medina, con intento de venirse derecha a Ávila. Halló allí al Padre vicario provincial, fray Antonio de Jesús, que la estaba esperando para mandarla que fuese a Alba, y con haberla hecho Dios tanta merced en esta virtud de la obediencia, fue tanto lo que ésta sintió, por parecerle que a petición de la Duquesa la hacían ir allá, que nunca la vi sentir tanto cosa que los prelados la mandasen como ésta.

Fuimos de aquí en una carroza, que llevó el camino con tan gran trabajo, que cuando llegamos a un lugarito cerca de Peñaranda, iba la santa Madre con tantos dolores y flaqueza, que la dio allí un desmayo, que a todos nos hizo harta lástima verla; y para esto no llevábamos cosa que la poder dar, si no eran unos higos, y con eso se quedó aquella noche, porque ni aun un huevo no se pudo hallar en todo el lugar. Y congojándome yo de verla con tanta necesidad y no tener con que la socorrer, consolábame ella diciendo que no tuviese pena, que demasiados de buenos eran aquellos higos, que muchos pobres no tenían tanto regalo. Esto decía por consolarme; mas como yo ya conocía la gran paciencia y sufrimiento que tenía y el gozo que le era padecer, creía ser más su trabajo del que significaba.

Y para remediarse esta necesidad, fuimos otro día a otro lugar; y lo que hallamos para comer fue unas berzas cocidas con harta cebolla, de las cuales comió, aunque era muy contrario para su mal. Este día llegamos a Alba… que era víspera de San Mateo.”

Ana de San Bartolomé; Últimos años de la M. Teresa de Jesús. 1582-1584